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El Ether (a veces también llamado Ethereum) es una criptodivisa que en principio se diseñó para ser utilizada por los desarrolladores usuarios de la plataforma de cadena de bloques Ethereum. Esta divisa, que nació en 2015, ganó rápidamente popularidad y alcanzó miles de millones de dólares en capitalización de mercado, consolidándose como la segunda criptodivisa más popular tras el Bitcoin. Como el sentimiento hacia el mercado de las criptodivisas lo dicta principalmente el Bitcoin, la aceptación general de esta nueva divisa puede atribuirse en parte a los creadores del Bitcoin.
En torno al 95% de todas las divisas globales carece de formato físico, solo existen digitalmente. La transición gradual de Occidente hacia una economía sin billetera implica la desaparición de la idea de una divisa que necesite billetes y monedas. Al generalizarse el uso de divisas digitales, cada vez más negocios podrían aceptar criptodivisas como forma de pago. Por tanto, además de utilizarse el Ether para aplicaciones específicas de la plataforma Ethereum, también podría acabar empleándose de forma generalizada como forma de pago.
¿Quién debería incluir Ethereum en su portafolio?
- Los inversores a muy corto plazo (un día): se sabe que el Ether puede registrar fluctuaciones con porcentajes de varios dígitos en un solo día, lo que lo convierte en una buen opción para los inversores a muy corto plazo que crean conocer cuáles serán sus movimientos a corto plazo.
- Los inversores optimistas con el Ether: aunque el mercado de las criptodivisas sigue siendo extremadamente volátil, aquellos que creen que su popularidad seguirá creciendo podrían considerar al Ether como una opción de inversión a largo plazo, siempre y cuando registre unos patrones similares a los del Bitcoin en sus inicios.
- Los inversores en Bitcoin: como el Ether sigue consolidando su estatus como criptodivisa popular, es posible que se convierta en un instrumento de cobertura por parte de los inversores en Bitcoin.
- Los inversores en divisas: algunos perciben el mercado de criptodivisas como un refugio seguro cuando las divisas tradicionales se vuelven demasiado volátiles. Como el Ether está más apartado de los mercados convencionales que el Bitcoin, para algunos inversores se podría convertir en el refugio seguro al que acudir.
¿Qué dirige el precio del Ether?
Aunque muchos factores le afectan, en el pasado el Ether se ha visto influido principalmente por dos: el Bitcoin y la plataforma Ethereum. Respecto al Bitcoin, podría existir una correlación negativa o positiva entre ambas criptodivisas. Como el Bitcoin es el termómetro del sentimiento hacia las criptodivisas, cuando su precio cambia debido a factores relacionados con el mercado en su conjunto (como volatilidad en los mercados tradicionales o regulaciones que influyen en su aceptación por parte de los inversores convencionales), el Ether también podría moverse en la misma dirección. Por otra parte, si un determinado evento influye concretamente en el Bitcoin, como cuando la SEC denegó un ETF basado en Bitcoin en marzo de 2017, la correlación podría ser negativa y provocar que suba el Ether cuando baja el Bitcoin.
El segundo factor que dirige los precios del Ether es la plataforma Ethereum. Como Ethereum es una plataforma de cadena de bloques, que se basa en una infraestructura de código, alcanza periódicamente un hito conocido como «tenedor duro». Un tenedor duro es un cambio en la plataforma que provoca que las versiones anteriores sean incompatibles, y que, en teoría, traerá mejoras en su conjunto. Por ejemplo, si un determinado tenedor duro incrementa la seguridad de la plataforma, podría lógicamente asumirse que los inversores en Ether tendrán más fe en esta divisa y, por tanto, la demanda aumentará. Por otra parte, si el tenedor duro perjudica a la plataforma (como el tenedor duro DAO sobre el que se hablará más adelante), puede provocar que los precios caigan significativamente.
Ethereum vs Bitcoin
Existen muchas similitudes entre el Ether y el Bitcoin: ambas se basan en cadenas de bloques y podrían ser minadas por usuarios de todo el mundo que asignen algo de su potencia de cálculo al procesamiento de transacciones. Sin embargo, también existen algunas diferencias. Aunque la oferta anual de Ether se limita a 18 millones al año, Ethereum, teóricamente, podría continuar introduciendo nuevas unidades indefinidamente, lo que haría que su oferta fuera ilimitada a largo plazo. En cambio, la oferta de Bitcoin es limitada. Sus creadores decretaron que el número final de Bitcoins será de 21 millones. Cada año se introduce una cantidad decreciente de Bitcoins, y se prevé que alcance la marca de 21 millones en el año 2140.
Otra diferencia importante es la velocidad de procesamiento. La transacción de criptodivisas requieren mucha potencia de cálculo para realizar el procesamiento y, por tanto, no se realiza de forma instantánea. No obstante, aunque una transacción media de Bitcoin puede tardar hasta 10 minutos en procesarse, otra de Ether solo tarda 15 segundos, lo que contribuye a su volatilidad y liquidez. Por último, la distribución de cada divisa difiere de una a la otra. Mientras que la mayoría de titulares de Bitcoin son usuarios pioneros que minaron la divisa en sus primeros días, la mayoría de los titulares de Ether son personas que participaron en la campaña de micromecenazgo inicial de Ethereum, lo que significa que compraron la divisa en lugar de minarla. Sin embargo, se cree que el ratio entre minero y comprador se inclinará a favor de los mineros en 2022.
Historia del Ether
El Ether se introdujo por primera vez en el verano de 2015 como divisa de la plataforma Ethereum, y se valoró en 2,8 USD. Ethereum es una plataforma de desarrollo descentralizada basada en la cadena de bloques, que permite a sus usuarios crear diversas aplicaciones basadas en la misma. El Ether se creó para servir como divisa para aplicaciones que requieren una forma de pago, pero posteriormente se convirtió en una oportunidad de inversión para los inversores a muy corto plazo (un día). En junio de 2016, el tenedor duro DAO socavó el atractivo de esta divisa, cuando se descubrió que una actualización de la plataforma permitió que unos piratas informáticos robaran Ether por valor de 50 millones de $. Este descubrimiento provocó que los precios del Ether cayeran un 30% en un solo día. No obstante, el problema que motivó este robo acabó solucionándose y los precios del Ether se han recuperado desde entonces, alcanzando su máximo histórico en marzo de 2017.
Conclusión: Ethereum podría convertirse en el próximo Bitcoin
El Bitcoin ha sentado las bases para el Ether, al enfrentarse anteriormente a pruebas y a batallas contra la opinión pública que han provocado que la aceptación del Ether sea más sencilla. Muchos inversores consideran al Ether como una opción de inversión viable, y algunos creen que va camino de convertirse en el próximo Bitcoin, y que hasta quizá podría superarlo. Sin embargo, es importante recordar que el mercado del Bitcoin es mucho mayor, y lleva en marcha más tiempo, por lo que aún puede pasar algún tiempo hasta que el Ether pueda considerarse un verdadero competidor. Sin embargo, algunos creen que el Ether es como la plata y el Bitcoin, el oro, consolidándose como una opción más asequible dentro del mismo mercado. En cualquier caso, parece que Ethereum ha llegado para quedarse, y el Ether podría seguir ganando popularidad y valor.